2 de febrero de 2011

Tabaco y la salud oral


Desde el 1 de enero de 2011 está prohibido fumar en cualquier lugar público. Ello hace que hoy, más que nunca, el tabaco está "en boca de todos".

Son conocidos los perjuicios que la adicción al tabaco tiene para al salud en general, pero son especialmente significativos en el caso de la salud oral del fumador.

La boca es el primer receptor del humo del tabaco, de modo que su presencia afecta a todos los órganos bucales:

Los dientes tienden a mancharse gradualmente debido a la acción de la nicotina y el alquitrán que se disuelven en la saliva y penetran en el interior del diente hasta llegar incluso a al dentina. Las piezas dentales adquieren un color amarronado, que puede llegar a negro, y son más propensas a la aparición de sarro, aumentando el riesgo de gingivitis, un proceso inflamatorio que afecta a la zona superficial de la encía.

Pero además, el humo del cigarrillo provoca lesiones en la mucosa oral, cuaya evoclución puede degenerar en carcinomas. Según varios estudios, los fumadores tienen 27 veces más posibilidades de padecer cancer de boca que los no fumadores, 15 veces más posiblilidades de desarrollar cáncer de esófago y 53 veces más posiblidades de desarrollar cáncer de laringe.

El humo del tabaco aumenta también las posibilidades de padecer caries dental. El tabaco provoca la reducción de la encía, la raíz del diente queda al descubierto con lo que es más propensa a la aparición de caries radicular.



El tabaco altera también la flora microbiana bucal, y esto tiene consecuencias directas en la aparición de halitosis (mal aliento). No debemos olvidar que tanto el sarro como la alteración de la flora microbiana bucal sol los principales factores que inciden en la aparición de enfermedades periodontales crónicas como la gingivitas, preridontitis o piorrea.

El tabaquismo incide directamente en la pérdida de tejido alradedor del diente, por varios factores. La nicotina tiene un efecto vasoconstrictor de la microcirculación gingival y se reduce el aporte de oxígeno y nutrientes a las encías. Por otro lado, el humo del tabaco reduce la capacidad inmunitaria y favorece la aparición de bacterias en la placa bacteriana, lo que hace que el diente sea más propenso a la acumulación de sarro y más debil a la acción bacteriana que se vuelven más agresivas y destruyen los tejidos que sostienen el diente.

Los sintomas de enfermedad perodontal más frecuentes en el fumador son:

+ Enrojecimiento de las encias.

+ Retracción del tejido gingival.

+ Movilidad de los dientes.

+ Aumento de la sensibilidad dentaria al frio y al calor.

+ Mal aliento.

+ Aparición de abscesos y flemones en las encias.

+ Alteración de la cicatrización de las heridas de la boca.

Creo que para pensarse el dejar de fumar...


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