31 de diciembre de 2013

Tres buenas razones para empezar con ortodoncia en la infancia

Existe la creencia de que hay que esperar a la tener todos los dientes definitivos y a ser “un poquito mayor” para empezar un tratamiento de ortodoncia… Nada más lejos de la realidad. Evidentemente, nunca es tarde y hoy día contamos con opciones de tratamiento efectivas a todas las edades. Sin embargo, lo óptimo es solucionar el problema cuanto antes. Y si hablamos de un niño, mejor.

La Sociedad Española de Ortodoncia recomienda una primera visita al ortodoncista a los 6 años, para un primer control sobre la estructura y la colocación de los dientes del niño. Esto evita tratamientos más complejos en el futuro.


Tres buenas razones para empezar en la infancia


  1. A los 6 años algunas piezas dentales (molares y caninos) temporales son de mayor tamaño que las definitivas. Si fuera necesario, y el ortodoncista interviene a tiempo, puede reservar este espacio adicional para futuros tratamientos. 
  2. La ortodoncia infantil en tiene muchas más posibilidades terapéuticas que en otras edades porque en la infancia se dan una serie de circunstancias muy favorables: los huesos de la cara aún están en crecimiento y un tratamiento de ortodoncia puede ayudar a conseguir unas proporciones faciales armónicas. Una vez pasada la infancia, esto sólo es posible con cirugía ortognática. 
  3. Si el desarrollo de los huesos de la cara no ha sido el adecuado y existen anomalías de tamaño o de posición de maxilar o de mandíbula, hay un período de 18 a 24 meses conocido como “el estirón” que es el mejor momento para iniciar un tratamiento de ortopedia. En estos meses, el crecimiento se desarrolla a gran velocidad y si el ortodoncista lo detecta a tiempo, puede aprovecharlo para corregir problemas de mordida derivados de la malposición de los huesos de la cara y para la colocación de los dientes en menor tiempo.
Tres enemigos de la buena posición de los dientes

Hay tres hábitos muy comunes en los niños que pueden impedir, por un lado, el desarrollo normal de los huesos de la cara, alterando la armonía de las proporciones faciales, y por otro, la posición de los dientes, generando una mala oclusión –mal engranaje o mala mordida- dental.
  1. Chupase el dedo pulgar. Es un hábito frecuente que, si se mantiene después de los seis años de edad, puede provocar una alteración de la oclusión dental llamada “mordida abierta”. cljrmccoy
  2. La interposición lingual. Consiste en proyectar la lengua entre los dientes en el momento tragar. Esta fuerza, con el tiempo, separa los dientes provocando mordida abierta. 
  3. Respirar por la boca. El niño que respira por la boca sufre, normalmente, una obstrucción crónica de las vías aéreas. Signos de alarma:
  • Suele estar con la boca abierta
  • Tiene voz nasal
  • Ronca de noche
  • Tiene apneas durante el sueño
  • Se hace pis por la noche –enuresis nocturna-.
  • Tiene otitis frecuentes
  • No oye bien.
En lo que se refiere a la Odontología, este tipo de respiración no permite que el maxilar superior se desarrolle con normalidad y genera problemas de mala oclusión dental.
Estos problemas pueden corregirse de manera sencilla y más rápida en la infancia con distintos recursos que os detallaré en el próximo post.


Hasta dentro de quince días!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...